A partir de los 9 años
La imagen de papá y de Fridolin que se reflejaba en el espejo era la misma de todas las mañanas; espuma de dentífrico, espuma de afeitar y pelos revueltos. Justo en ese momento, papá soltó un verdadero disparate, Tú si que tienes suerte. Ya me gustaría a mi volver a tener ocho años Fridolin no estaba de humor para ese tipo de bromas y si embargo...
Col. OGen
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